5 zonas erógenas de la mujer que suelen ser olvidadas
Por Ana Karina Lorenzo

El cuerpo de la mujer es un universo lleno de secretos, bondades, sentimientos y por supuesto zonas de placer inimaginables. Honestamente, a veces los hombres centran su atención en determinadas áreas, que claro nos elevan a las nubes, pero también hay otras que son olvidadas e ignoradas. A continuación les dejaremos una lista con las 5 zonas erógenas de la mujer que suelen quedar en segundo plano.
El monte de Venus
Esta zona es muy erógena, así que unas buenas caricias y estimulación en esta zona producen una sensación de placer muy agradable.
La vida más allá del monte de Venus. https://t.co/j32VWkDDAv
— El Sexo Mandamiento (@SexoMandamiento) August 10, 2019
Detrás de las rodilla
¿Parece extraño no? pero intenta hacerle suaves masajes con aceite o besar esa zona y verás las sensaciones placenteras que te produce. La piel detrás de las rodillas debes tenerla en cuenta en los jugueteos previos al sexo.
El cabello
A pesar de que hay chicas que odian que les toquen o acaricien el cuero cabelludo, un masaje de variadas intensidades puede producir sensaciones muy placenteras, ya que está cubierto por infinitas terminaciones nerviosas que al ser presionadas pueden liberar tensiones y producir sensaciones de placer y relajación.
De la A a la Z, esas zonas erógenas de la mujer más allá del punto G >> https://t.co/69Nrql4Srj pic.twitter.com/ZjLC7fJvxY
— Malvestida (@malvestida) February 9, 2019
Los pies
Pero durante los jugueteos sexuales, las presiones, las caricias ejercidas con las manos y los besos en los pies pueden generar un nivel de excitación más intensa de lo que crees.
Las manos
Un jugueteo con tu lengua entre los dedos de las manos de tu chica, así como un intenso masaje la llevarán a un punto de ebullición.
Existe una nueva tendencia de meditación en la que un hombre se encarga de estimular las zonas erógenas de la mujer y nada más. https://t.co/bd9pmIo9XY
— GQ México y Latam (@GQMexico) August 21, 2018
En conclusión, toca jugar con tu imaginación, porque lugares para explorar en el cuerpo de la mujer son infinitos, no te centres solo en los evidentes.